Un chico normal y corriente recibe el poder de poseer el cuerpo de otros a través de una aplicación de smartphone.
Su compañera de clase, Miki, se enfada con él porque le ve comiendo con los ojos los pechos de su amiga Alisa. Para vengarse de Miki, utiliza la nueva función de la aplicación, la posesión programada, para apoderarse del cuerpo de Miki. Hace cosas lascivas con su cuerpo y lo graba con su teléfono móvil. Experimenta la sensación de orinar y utiliza su cuerpo a su antojo.
También posee a la tetona Alisa, pero a pesar de su personalidad apacible, por la noche es una conejita en un club nocturno. Su trabajo consiste en satisfacer los deseos sexuales de los hombres. ¿Qué pasará después?