Mirin y Shuichi se enredan en una habitación de hospital a altas horas de la noche. Mie y Rika son testigos de los dos...
Rika se preocupa sobre qué hacer, pero Mirin, sin cambios, vuelve a hacer sus rondas hoy. Rika las sigue... Mirin utiliza la
excusa del dinero para proporcionar intensos cuidados de enfermería. Sonríe como un ángel mientras hace rebotar violentamente sus caderas como para reconfortarla.
Shuichi, que dice que Mie, una mujer de su pasado, no tiene nada que ver, se queda absorto en el cuerpo de Mirin...
Mientras tanto, Mie está tranquila y no le culpa por lo que hizo con Mirin. Pero detrás de eso, se arremolinan emociones oscuras y sombrías...