A Ichiro Tani le encantan los bares de alterne y se gasta la mayor parte de su sueldo en ellos. Un día, estaba tan borracho que se gastó todo el dinero de la empresa para la que trabajaba en chicas. Ichiro decidió escapar a las montañas. Su coche se averió durante una fuerte tormenta de nieve, y se vio obligado a caminar a ciegas y buscar ayuda. Pronto encontró la salvación en la posada Ishikan. Allí, Ichiro conoció a la señora viuda Ryuri Munakata, a su hija Nakoto y a la encantadora criada Ren. No cambió sus hábitos y decidió a toda costa someter a estas sexys bellezas...