Tras la muerte de sus padres, Konno Azusa hereda la posada de sus padres. Todos los residentes de la posada se han ido excepto un huésped pervertido, por lo que ella tiene que cumplir todos sus deseos para evitar que él también se vaya.
Tras la muerte de sus padres, Konno Azusa hereda la posada de sus padres. Todos los residentes de la posada se han ido excepto un huésped pervertido, por lo que ella tiene que cumplir todos sus deseos para evitar que él también se vaya.