Una semana antes del examen final, Fujimaki estaba en un callejón sin salida. Y es que su novia se había ido a un campamento de estudios con los miembros de su club. Cuando estaba a punto de volver a casa solo, se encontró por casualidad con Satomi Kawai. Satomi era alguien con quien había tenido una relación íntima mientras buscaba consejo sobre su novia. Satomi, que probablemente suspendería el examen, invitó a Fujimaki a su casa para que le enseñara. Sin embargo, Satomi, amante nata de la intimidad, prefería dedicar tiempo a esas actividades que a estudiar.
Al día siguiente, acaba hablando con la madre de Satomi hasta que ésta regresa de su trabajo a tiempo parcial. La madre, propensa al contacto físico y al afecto excesivo, se parecía a Satomi. A Fujimaki le entusiasmó el contacto cercano y la buena figura de la madre. Y así, ella, como agradecimiento por enseñar a su hija, exponía su pecho como forma de tentación.