"Kira, hazme un favor, se me ha roto el gancho del sujetador" dice Sarasa con una gran sonrisa en la cara mientras irrumpe en la clase de su hermano pequeño. Todo el mundo los mira fijamente, se esconden detrás de una cortina mientras "arreglan su sujetador". Con los ojos brillantes de deseo carnal, agarra su palo de carne y se pone a chuparlo, fingiendo que se le ha caído algo. Kira acaba corriéndose, pero se siente insatisfecha por lo que acaba de hacer su hermana. Y como una mosca a una lámpara, Kasuri, a quien le gusta Kira, se acerca a él cuando Sarasa no está cerca. Al orinarse en los pantalones, aprovecha para tener sexo con Kira. Antes de que Sarasa llegue a casa, aprovecha para meterle el palo de carne en su apretado agujero...
